Y no fueron mal los cambios, ya que Cucurella acortó distancias en el marcador en el minuto 53, abriendo un pequeño rayo de esperanza en Ipurua. El tanto espoleó al Eibar, y los siguientes minutos fueron de dominio local, con llegadas peligrosas por las bandas, pero sin gol. Los minutos seguían pasando, y el Eibar quería al menos no perder el partido para no verse antes del choque liguero del domingo contra el Levante con una derrota en casa.
La segunda parte seguía siendo armera, y la eliminatoria merecidamente asturiana, pero no llegaba el gol de la igualada. Eso sí, el Sporting no tenía ninguna necesidad de atacar, y seguía cuajando un partido muy serio en el mismo feudo el que el Real Madrid cayó por hace menos de dos semanas.
A falta de 15 minutos para el final de la eliminatoria, los asturianos se sabían ya en la siguiente ronda, y sólo quedaba saber hasta dónde podía llegar el orgullo armero. Los minutos pasaban y el Sporting ralentizaba el partido, sabedor de que su eliminatoria había sido impecable, mientras que el Eibar, herido en su orgullo, luchaba y luchaba sin llegar a materializar ninguna ocasión.
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