Jonas Vingegaard no es solo el vigente campeón, sino que también fue el segundo clasificado en la edición de La suya es una historia extraordinaria, ya que durante su etapa de formación nada parecía indicar que estuviésemos ante un futuro ganador del Tour. De hecho, sus primeros años como ciclista fueron bastante discretos.
Con la excepción de un segundo puesto en el Tour de China de , sus resultados nunca fueron sobresalientes. Vingegaard engrosó las filas del Jumbo en , aunque el año de su explosión fue sin duda Llegó a la ronda gala un poco de rebote por la ausencia de Tom Dumolin y con la misión clara de ejercer de gregario de Roglic, jefe de filas del equipo. Sin embargo, en la octava etapa el esloveno se retiró, generando un vacío de poder que el danés, con desparpajo, ocupó a sus 24 años.
Con su nuevo estatus, llegó el Tour de El dorsal terminado en 1, tradicionalmente reservado al jefe de filas, se lo otorgó a Roglic. En el día D a la hora H , fue Vingegaard el que destrozó a Pogacar. El amarillo iba a ser para él. Para no hay dudas. Estas afirmaciones son siempre complicadas. Sobre todo, porque implican una fuerte carga subjetiva y, en muchas ocasiones, comparaciones entre corredores de diferentes características entre sí.
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