Los rojiblancos protagonizaron en , en plena polémica por los precios de las entradas, una protesta muy poco habitual que molestó sobremanera a los hosteleros de Valladolid: en lugar de pasar el día a orillas del Pisuerga, con el gasto económico que eso incluye en los bares, restaurantes u hoteles de la localidad, apostaron por hacerlo en León. Una venganza que benefició a una ciudad no muy amiga de la capital de Castilla, que albergó a La Mareona -y a su desembolso- antes de que esta llegara a Zorrilla con el tiempo justo de ver el choque.
A lo sumo, gastarían en refrescos y pipas. En cuanto a los pucelanos, uno de los equipos amigos es el Oviedo , enemigo por su parte del Sporting de Gijón. Por su parte, los gijoneses saben que en el Carlos Tartiere y en el Nuevo José Zorrilla no son del todo bien recibidos. Este panorama convierte a la próxima jornada liguera en susceptible de confrontación entre los espectadores. Los Ultra Boys -facción radical de animación sportinguista- se enfrentaron antaño a los Ultra Violetas locales , desmereciendo a una rivalidad que no por intensa ha de ser violenta.
A pesar de que haya rencillas entre clubes, una cosa es mirar con recelo a un aficionado con la camiseta del rival y otra ser intolerante y agresivo hacia ellos, dejando de lado la esencia y la competitividad del deporte. El porqué de la rivalidad Real Valladolid - Sporting de Gijón.
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